miércoles, 11 de diciembre de 2013

Advertencia


Tengo todo lo necesario
para hacer infeliz a un hombre.
Suelo dejarlos perplejos, de entrada,
cuando me embandero en la corriente
de las que siempre van a contramano.
Todo lo que toco lo transformo en marido.
No bien me conocen,
bailando o cantando un rock,
me entregan un bolsón de ropa sucia
en premio a mi osadía.Lamentablemente, nunca he podido ser
un objeto sexual.
Cuando empiezo a desvestirme, se sientan
a preguntarme si conozco a cierta constelación
que les recuerda mis pezones en triángulo
con mi ombligo.
Soy especialista en ambivalencia afectiva.
En callarme cosas trascendentes,
porque soy lo suficientemente inteligente
para hacerme la estúpida
Y lo suficientemente estúpida
para nunca irme inteligentemente.
A pesar de todas mis aclaraciones,
más de uno ha querido mandarme a la cocina;
y yo, como soy complaciente,
les he servido el cerebro «bien adobado»
un domingo en familia.
Tengo el vicio de la culpa,
aunque a veces, y solo con amigas,
me doy con unas líneas de autoinculpación.
Tales han sido mis traspiés y fracasos,
que hasta ahora no he logrado
fracasar en fracasar.
¡Mírenme, aquí estoy!
Soy el blanco, ¡apunten!
si por casualidad me encuentran el corazón.

No hay comentarios: